Un pan plano y crocante hecho de harina de yuca, el casabe formaba parte de la dieta de los Taínos. Cuando los españoles llegaron a la isla pronto descubrieron que el casabe tenía ventajas sobre el tradicional pan europeo puesto que no se añeja o le cae moho. Por esta razón, se dice que la conquista de América fue alimentada por el casabe llevado por los conquistadores desde Hispaniola a medida que continuaron el avance en México y otras partes del continente.
Más de 500 años más tarde el casabe sigue siendo un alimento popular en las casas dominicanas. Al igual que el pan convencional este puede ser consumido a diversas horas del día y de muchas maneras. La más común es en el desayuno el cual puede consistir en café y un pedazo de casabe. También se utiliza para acompañar las sopas y los guisados tales como asopaos y sancochos. Otras maneras de consumir el casabe incluyen empaparlo en agua y servirlo con huevos fritos o aguacate. Puede también ser cocido al horno y ser servido con una salpicado de sal y aceite de oliva. Para una cena ligera, acompáñalo con una taza de chocolate caliente. Puede también ser utilizado como un alimento en buffet con salsas o dips, de la misma manera que las tortillas, galletas o pan pita. Puede haber maneras más tradicionales de comer el casabe.
Para hacer el casabe, la yuca tiene que ser pelada, lavada, rayada, exprimida, tamizada y después finalmente darle formas con grandes moldes circulares y ser cocida al horno en una placa caliente. Hacer una cantidad grande a escala comercial usando el método tradicional no es una tarea fácil, esta es más apropiada para producir la cantidad necesaria para alimentar una familia. Hasta hace un par de décadas la producción de casabe era una tradición moribunda en La República Dominicana. La producción estaba restringida a varios productores muy pequeños principalmente en el noroeste del país, y la distribución y las ventas más allá del área local eran casi inexistentes. El casabe fue revitalizado por los productores emprendedores tales como Nicolás Almonte de Casabe Guaraguanó, que en los años 70 adaptó este arte necesitando mucho trabajo adaptar el proceso a una escala más grande donde mucha de la producción es hecha por maquinarias, esto permite volúmenes crecientes de producción. Ahora otros productores han seguido el juego y el casabe se está produciendo en una escala mucho más grande y distribuyendo a los colmados y supermercados alrededor del país, así como a los mercados de ultramar, especialmente los Estados Unidos.
Una ventaja adicional de la producción creciente es que emplea a una cantidad significativa de personas (especialmente mujeres) en áreas rurales, y actúa como un incentivo para evitar la migración a las ciudades o al extranjero. Monción tiene una población de 14,000 personas y se estima que 4,000 se ganan la vida directamente o indirectamente en la industria del casabe. Aunque en el área de Monción se localizan muchos productores pequeños y medianos, estos están trabajando juntos pues crearon una asociación de productores de casabe para promover el producto. El desafío para estos productores es aumentar el renombre del casabe, que todavía se considera como un alimento humilde. Los productores estresan su flexibilidad y lo saludable que es. Es libre de grasa y rico en fibra, por ejemplo, y aunque no está certificado formalmente, la yuca usada para prepararlo es casi siempre orgánica. A pesar de ser libre de preservativos, el casabe tiene una vida útil de hasta ocho meses, algo que los españoles estuvieron agradecidos de saberlo. Los productores también desean cambiar la imagen del casabe y convertirlo en un producto gourmet para el mercado doméstico e internacional. Hay ya algunas buenas ideas en acción, muchos productores están produciendo distintas variedades incluyendo casabe condimentado con ajo, o como postre (relleno de casquitos de guayaba o de dulce de piña) y casabes para buffet para servir con salsas o dips.
La definición de Nicolás Almonte del casabe gourmet es "Casabe hecho con amor”